¿Cómo se puede maridar el mejor jamón?

El jamón ibérico es una de las mayores joyas de la gastronomía española, un producto que no solo se disfruta solo, sino que alcanza su máximo esplendor cuando se combina con los acompañamientos adecuados. En nuestra jamonería familiar, con más de 65 años de experiencia en la selección de los mejores productos ibéricos, sabemos que un buen maridaje puede transformar una degustación en una experiencia gastronómica inolvidable. Pero, ¿cuáles son los mejores aliados para potenciar el sabor de un buen jamón?

Queso manchego curado: la combinación perfecta

Uno de los compañeros más tradicionales del jamón ibérico es, sin duda, el queso manchego curado de leche de oveja pasteurizada, una de las variedades más apreciadas dentro de los quesos españoles. Su maduración le otorga un sabor intenso, con notas ligeramente picantes y una textura firme pero cremosa al paladar.

Este queso, elaborado con leche de oveja pasteurizada, ofrece un equilibrio perfecto entre potencia y suavidad. Su perfil graso y su carácter robusto contrastan con la untuosidad del jamón, realzando su sabor sin opacarlo. La combinación de ambos productos en un solo bocado crea una armonía única que resalta los matices de cada uno.

Aceite de oliva: el toque de oro del desierto de Tabernas

Si hay un ingrediente que puede elevar aún más la experiencia del jamón ibérico, es el aceite de oliva virgen extra. En nuestra jamonería, trabajamos con un aceite muy especial, proveniente del desierto de Tabernas, en Almería. Este paraje es único en Europa, con un clima árido que da lugar a aceitunas de extraordinaria calidad.

El aceite de Tabernas es frutado, con notas de almendra y un ligero picor que potencia los matices del jamón sin enmascarar su sabor. Unas gotas sobre una loncha de jamón pueden hacer que los sabores se abran en el paladar, resaltando la dulzura natural de la carne curada y aportando un extra de untuosidad.

Cata de quesos manchegos

Otros embutidos: una sinfonía de sabores ibéricos

Para los amantes de los embutidos, una tabla que combine jamón ibérico con chorizo, salchichón y lomo es una opción perfecta. Cada uno de estos productos tiene su propia personalidad:
• Chorizo ibérico: su sabor especiado, con notas de pimentón, aporta un toque más rústico y sabroso que contrasta con la elegancia del jamón.
• Salchichón ibérico: más suave y con matices de pimienta y nuez moscada, complementa la delicadeza del jamón sin restarle protagonismo.
• Lomo ibérico: con una curación más larga y un sabor más intenso, es el complemento ideal para quienes disfrutan de embutidos con carácter.

Un buen plato que combine estas delicias permite descubrir las diferentes expresiones del cerdo ibérico, jugando con texturas y matices en cada bocado.

El vino: el maridaje definitivo

Ninguna degustación de jamón ibérico está completa sin una buena copa de vino. La elección del vino adecuado dependerá del tipo de experiencia que busquemos:
• Vinos de crianza: con más cuerpo y notas de madera, combinan bien con jamones de larga curación, realzando sus matices de frutos secos.
• Fino o manzanilla: estos vinos andaluces, secos y con notas salinas, son los compañeros tradicionales del jamón ibérico, ya que limpian el paladar y resaltan su sabor umami.

En nuestra jamonería, recomendamos probar distintas combinaciones para encontrar la que mejor se adapte al gusto de cada persona. Un buen maridaje no solo resalta los sabores, sino que también convierte la degustación en una experiencia inolvidable.

Si quieres descubrir estos maridajes en primera persona, te invitamos a visitar nuestra jamonería en el centro de Madrid. Con más de seis décadas de experiencia, seleccionamos los mejores productos para que disfrutes del auténtico sabor de la tradición.

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